Llevo una temporada dándole vueltas a la idea y ahora que ya es primavera es el momento de sacarlo a la luz.
Tenemos por delante la temporada de bodas y soy la primera que necesito recargarme de cosas buenas, de gente buena y alimentar mi espíritu para afrontarla de la mejor manera posible.
Tengo la suerte de vivir en CANDELARIO (Salamanca) un lugar privilegiado, en plena montaña a 1200 metros de altura, quiero compartirlo y he pensado en un formato en que combinar algunas de las cosas que me apasionan y me hacen bien.
Serán tres días en un hotel rural dónde combinaré la fotografía de Bodas con la Naturaleza, la idea es encontrar cada uno la inspiración para aplicarlo en el trabajo personal.
Creo que de vez en cuando es necesario desaprender y retomar la pasión por nuestro trabajo, volver a amar la fotografía.
Os invito a echarle un vistazo al programa que hemos preparado con mucha ilusión.
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